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El extraño entierro a trozos de Don Juan de Austria

Don Juan de Austria
Don Juan de Austria
Los personajes famosos de la Historia, cuando mueren, acostumbran a tener en sus entierros los honores, la pompa y boato que, posiblemente se merecieran cuando vivo, pero no se le hicieron en su momento. Sin embargo, no siempre es así y , algunas veces, como el muerto no se queja, se tiene un trato con él que si el pobre difunto levantara la cabeza, se la cortaba a más de a uno (ver La terquedad que hizo que un obispo estuviera 366 años insepulto). El caso que hoy les explico tiene como protagonista al afamado y carismático  Don Juan de Austria, el héroe de Lepanto, el cual si ya murió por una complicación un tanto vergonzosa en Flandes, su traslado al Escorial ya fue de traca y música de banda.

Namur (Bélgica)
La Historia dice que Don Juan de Austria murió en Namur (Flandes, actual Bélgica), como consecuencia del tifus o fiebres tifoideas el 1 de octubre de 1578, siendo posteriormente trasladado al Panteón de Infantes de San Lorenzo del Escorial, donde fue enterrado en loor de multitud... lo cual hace que los últimos días del hermano bastardo de Felipe II tengan hasta un punto de solemnidad y honorabilidad. El problema está en que si ponemos la lupa, la cosa no está tan clara.

Para empezar, la muerte de tal personaje histórico parece que se produjo en un palomar limpiado deprisa y corriendo para acogerlo y convenientemente decorado con tapices y cortinas a las afueras de Namur, lugar en el cual estaba intentando sofocar las continuas revueltas contra los españoles que asolaban Flandes y cuyo ambiente consideraba insano.

Felipe II
Oficialmente fue un ataque de tabardillo (tifus, vamos), que atacó a muchos de sus capitanes, pero curiosamente todos sanaron menos él... y es que la historiografía oficial olvidó decir que el hombre padecía unas almorranas de caballo que los matasanos de campaña trataron de la peor forma posible -incluso para la época: No se les ocurrió otra cosa más que perforarla con una lanceta, produciéndole una hemorragia en plan Fontana di Trevi que se llevó al pobre Don Juan -de poco más de 30 años- en menos de cuatro horas... y siempre resulta más digno decir que ha muerto de "fiebres" que de una almorrana mal curada, claro está.

Por su parte, Don Juan de Austria había deseado ser enterrado en el Panteón de los Infantes de El Escorial, pero como tenía fama de trepa y su hermano, el entonces rey Felipe II, tenía la mosca detrás de la oreja con él y sus seguidores, decidió que fuera enterrado en Namur, con el homenaje de los ejércitos para los cuales era muy querido. Mucho boato, sí, pero en Flandes, para que no molestase demasiado.

A los cinco meses, Felipe II ordenó que fuese trasladado a El Escorial, pero con la máxima discreción y secretismo que fuera posible. El rey seguía con sus paranoias, y el cadáver de Don Juan, a parte de hermano ilegítimo, era más molesto que otra cosa, por lo que se procedió a desenterrar el cuerpo embalsamado de Don Juan de Austria y prepararlo para tan largo viaje... aunque fue preparado de una forma un tanto... especial.
Batalla de Lepanto

El cuerpo, que fue arreglado -se decía que estaba igual, pero con la nariz "un poco desgastada"- y convenientemente "perfumado" (de olores, mejor no comentar), se decidió que, para un mejor transporte, el cadáver sería cortado...¡en tres trozos!... los cuales una vez llegasen a su destino, serían recompuestos como un rompecabezas barato. 

Dicho y hecho. Se cortó la momia por dos sitios, una por el "cabo de la espina" (¿por la base del cuello?) y otra por las rodillas, de tal forma que en el momento del entierro definitivo el cuerpo estuviera otra vez entero. Se metieron las tres partes en sendas bolsas y se metieron en un cofre cerrado que sería llevado a lomos de caballo. Un mes después de haberlo sacado de la tumba, el 18 de marzo de 1579, iniciaron a pie el retorno hacia España con el cofre con los restos de Don Juan y una comitiva de unas 80 personas sin ningún estandarte de ningún tipo.

Abadía de Párraces (Segovia)
Primeramente, de Namur, se dirigieron a Nantes (Francia) y de aquí cogieron un barco que les llevó a Santander y de aquí, retomando la gris y silenciosa peregrinación, fueron a la Abadía de Párraces, en Segovia, donde...¡oh milagro! todo lo gris y secreta que había sido el viaje hasta allí, pasó a ser -de golpe y porrazo- todo lujo y esplendor. O lo que es lo mismo, que se transformó en una comitiva real, donde no faltaba ni un solo personaje influyente de la corte.

Monasterio de El Escorial
Alcaldes, capellanes, frailes de El Escorial, caballeros... incluso el secretario del rey y el obispo de Ávila con su séquito, salieron todos en procesión con el puzzle de tres piezas del cuerpo de Don Juan de Austria ya recompuesto, y puesto en un ataúd de dos puertas, que fue llevado en volandas durante los 60 km que separan la abadía de Párraces de El Escorial. Comitiva a la cual se iba añadiendo cada vez más gente a cada pueblo que pasaba y que acabó por formar un gran gentío en el momento de su entierro definitivo en el Panteón de Infantes de El Escorial el 25 de mayo de 1579... pero ¿qué había pasado para este cambio súbito?

Antonio Pérez, el trepa
Tal como comentado antes, Felipe II sospechaba de la traición de su hermano Don Juan, gracias a la labor meterete de su propio secretario, Antonio Pérez, que resultó ser el auténtico "trepa" de la función (ver Antonio Pérez, el prófugo español que huyó a Aragón). Mientras confió en él, Don Juan de Austria y todo el que le rodeaba era sospechoso, pero cuando Felipe II descubrió el pastel, se dio cuenta de la fidelidad a ultranza de Don Juan, por lo que decidió, a ultima hora, darle todos los honores reales en su definitivo entierro. De esta forma, en seis meses pasó de ser -para el rey- un apestado (enterradlo lejos), un "parece que no era tan malo" (repatriación, con desmontaje por piezas) a ser "su hermano -ilegítimo- querido del alma", con el colofón de exequias reales y todo.

Definitivamente, lo que se tuvo que retener Don Juan dentro de su cofre para no pegarle una patada a más de uno, no está escrito...

Normal. No se encontraba las piernas.

Tumba de Don Juan de Austria en El Escorial

Webgrafía

Comentarios

  1. Hola, gracias por compartir tus conocimientos. Me llama mucho la atención esta historia sobre el viaje póstumo de D. Juan de Austria. En particular quisiera saber los pueblos por los que pasó la comitiva fúnebre desde La Abadía de Parraces y el Monasterio de El Escorial. No se si me puedes aportar algún dato a este respecto. Muy agradecido, Javier.

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